Los préstamos ICO son probablemente los más famosos de España, en parte por el gran número de personas y empresas que se benefician de ellos año tras año. De hecho, en 2014 se batieron cifras récord: 21.469 millones de euros distribuidos para más de 300.000 proyectos. Sin embargo, pese a su gran músculo, estos créditos tienen también sus inconvenientes. Aquí te mostramos sus pros, sus contras y sus alternativas.
Los créditos ICO son las vías de financiación que ofrece el Instituto de Crédito Oficial, una institución pública y perteneciente al Estado español. Precisamente eso es uno de los puntos a favor de estos créditos: la solvencia y seriedad de quien la respalda hace que su fiabilidad sea muy alta, y su ánimo de lucro, mucho menor, por lo que las condiciones de contratación y los intereses suelen ser más ventajosos. No obstante, como veremos, el ICO necesita de la colaboración imprescindible de las entidades bancarias.
Estos créditos se conceden a colectivos muy concretos: autónomos, empresas y entidades públicas o privadas que operen en España. Y aquí viene precisamente la primera desventaja: no se conceden préstamos ICO a particulares, salvo que el motivo del préstamo sea la financiación de obras en la propia vivienda.
En cualquier caso, si tú formas parte de alguno de estos grupos de potenciales solicitantes o si vas a financiar obras en tu vivienda, te será útil conocer cuál es el procedimiento de solicitud.
Cómo se piden los préstamos ICO
El primer paso para pedir uno de estos créditos es acudir a una oficina bancaria. Como decíamos, los bancos tradicionales son imprescindibles en este tipo de préstamos: son los que tramitan las solicitudes, los que analizan (y asumen) el riesgo de impago y los que establecen la garantía que se impone al solicitante.
Para solicitar el crédito es necesario elaborar y presentar un proyecto en el que se especifique el motivo de la solicitud, que siempre se ha de ajustar a estos supuestos: obtener liquidez o financiar inversiones productivas, esto es, comprar un vehículo de trabajo o adquirir otras empresas, por ejemplo. Por tanto, en la propia oficina te informarán de cómo elaborar dicho proyecto, cuáles son los plazos de entrega, etc.
Una de las condiciones para poder solicitar este préstamo es que la cantidad de dinero no supere los 12,5 millones de euros, un importe que solo está al alcance de las grandes empresas, lógicamente. Por otro lado, el plazo de amortización debe ser entre 1 y 20 años, un periodo también bastante elevado.
Alternativas a los préstamos ICO
Como se ve, este tipo de créditos son interesantes para inversiones empresariales o para autónomos. Pero si ese no es tu caso, tendrás que recurrir a otras soluciones. Una de ellas es solicitar un crédito tradicional con una entidad bancaria, en esa oficina o en otra. Estos préstamos clásicos se adaptan a muchos tipos de usuarios y de finalidades, pero también tienen desventajas. Una de ellas es precisamente la burocracia: los requisitos y los documentos son tan estrictos que en muchos casos se asemejan a los propios créditos ICO, y limitan el acceso a quienes están en el registro ASNEF o a quienes no tienen nómina, haciendo imposible conseguir un préstamo con Asnef o un crédito sin nómina. Por otro lado, las comisiones son también más elevadas que con respecto a los créditos ICO.
Otra opción podrían ser los prestamistas privados, sin embargo el afán de lucro desmedido por parte de estos roza a veces lo legal. Además, no es fácil conocer la reputación de estos prestamistas, por lo que las dudas con respecto a su fiabilidad son lógicas. Además, pueden aparecer otros gastos asociados como los de notaría o abogados.
Por el contrario, la opción de los microcréditos online es totalmente fiable y segura, con la única desventaja de que la cantidad máxima a solicitar de una vez es 750 euros. Sin embargo, se presenta como una solución muy eficaz para gastos imprevistos de pequeña o mediana cuantía. Una de sus grandes bazas es la rapidez: en apenas 10 ó 15 minutos desde el envío de la solicitud se puede tener el dinero listo en la propia cuenta bancaria.
El trámite de petición es igualmente muy sencillo en estos préstamos personales online, puesto que se realiza íntegramente por Internet desde casa o desde cualquier ubicación con un teléfono móvil inteligente. Otro punto a favor es que a ellos puede acceder prácticamente cualquier persona mayor de edad, incluidas las personas que forman parte de ficheros de morosos o las personas que carecen de una nómina. Por último, la fiabilidad de la operación es totalmente segura puesto que el sitio web emplea un cifrado de datos certificado por compañías como Godaddy o Comodo, además de tratar todos los datos personales del cliente con arreglo a la presente Ley de Protección de Datos.