El TAE o la TAE se trata de una de las tasas más difíciles de entender por parte del usuario, que debería estar familiarizada con ella porque se aplica en los productos financieros más comunes: los préstamos y los de ahorro. En este artículo vamos a tratar de explicarte qué es el TAE exactamente y cómo calcularlo, con el fin de que sepas mejor cuánto vas a pagar en verdad por un crédito o qué beneficio real vas a ir teniendo por los depósitos de tus cuentas de ahorro.
Lo primero de todo: ¿qué es el TAE? Son las siglas de Tasa Anual Equivalente o también Tasa Anual Efectiva. Para entenderla de verdad, hay que compararla con el tipo de interés nominal, es decir, lo que comúnmente se llaman “los intereses del banco”. El tipo de interés nominal es el porcentaje que te cobra el banco en cada letra o plazo, que puede ser fijo o variable.
En cambio, el TAE es el valor que más se acerca a la cuota real porque además del tipo de interés nominal, también incluye otros gastos asociados, todo ello ponderado con el plazo de devolución del préstamo. En el caso de los créditos, se incluyen los gastos de apertura o de cancelación anticipada, entre otros. En el caso de los productos de ahorro, se incluyen los de liquidación periódica de beneficios, por ejemplo.
Y decimos “el valor que más se acerca a la cuota real” porque en determinados casos hay otros gastos que no se pueden incluir en ese TAE porque no son imputables a la entidad bancaria, como la notaría, los seguros, etc. Esto sucede principalmente en los créditos hipotecarios, que son los más complejos.
Dónde encontramos el TAE
Como hemos adelantado, el TAE se encuentra principalmente en tres tipos de productos financieros, muy comunes porque están presentes en nuestro día a día:
- En los productos de ahorro: cuentas de ahorro, seguros de ahorro, etc. Lo que aquí supone el TAE es el beneficio que genera el dinero depositado. Siempre es más bajo que la tasa nominal, puesto que en el TAE se incluyen los gastos asociados al retirar el dinero del depósito, los llamados gastos de liquidación.
Pero el TAE que más nos interesa en este artículo es el empleado en los préstamos:
- En los préstamos personales, sea cual sea su fin. En este caso, el TAE es prácticamente equivalente a los gastos reales que conlleva la devolución del préstamo, puesto que al tratarse de una cantidad pequeña y un plazo menor, tiene muchos menos gastos asociados, aunque siempre depende de la entidad de crédito que conceda el préstamo. Esta tasa se paga en los microcréditos online de Credy.es.
- En préstamos hipotecarios. En estos casos, la cantidad resultante de calcular el porcentaje TAE y lo que finalmente se paga puede variar sensiblemente, puesto que al tratarse de un préstamo grande y con un plazo largo, se suele hipotecar una casa (sea o no la que se compra con el crédito) como garantía de pago al banco. Por tanto, quedan excluidos del TAE la tasación del inmueble, los seguros de la casa y del propio crédito, los impuestos de las administraciones públicas, etc.
Cómo calcular el TAE
Calcular el TAE es una labor complicada, pues la tasa en sí misma es compleja. Por ello, desde 1990 las entidades financieras están obligadas a informar de ese dato desde el principio, incluso desde el momento de la campaña publicitaria.
No obstante, cualquier persona puede también realizar el cálculo matemático de cuál es el porcentaje TAE de su operación financiera, si así se queda más tranquilo. Para ello, existe una herramienta muy útil: el simulador de Banco de España. Los datos que necesariamente debemos tener para poder realizar esa simulación es el capital inicial, el tipo de interés nominal, los gastos de origen o constitución y los gastos periódicos, ambos expresados en un importe en euros. Además, se debe especificar cuál es el periodo de esos gastos (mensual, trimestral, anual) y el plazo de amortización o devolución del préstamo.
Conviene recordar que no hay un valor fijo ni único para el TAE. Cada entidad de crédito lo establece según sus criterios o según el perfil del cliente.
Ejemplo práctico de cómo calcular el TAE
Pero cuando hablamos de calcular el TAE, nos referimos principalmente a calcular la cantidad de dinero que pagaremos realmente como consecuencia de la solicitud de un préstamo. Y ello lo entenderemos mejor con un ejemplo práctico, aplicado a un préstamo personal con tipo de interés fijo.
Pongamos que solicitamos 3.000€ con un plazo de devolución de 3 años (36 meses), con una comisión de apertura de 1,50% y un tipo de interés nominal anual del 9%: resultará que el TAE es de 10,51% y la cuota a pagar será de 95,40€.
Este cálculo se ha realizado con otra herramienta del Banco de España, en este caso un simulador de referencia para calcular las cuotas en los préstamos personales. Se recomienda su uso, pues de lo contrario habría que recurrir a complejas fórmulas matemáticas.
Una aclaración final: el importe que se paga por los intereses no es igual mes a mes, puesto que hablamos de tipo de interés compuesto, el más habitual en estas operaciones, y según el cual los intereses generados en un periodo se suman al capital inicial para generar nuevos intereses. Por tanto, si se realiza el cálculo de los intereses solo sobre el capital inicial (3.000€), lo estaríamos calculando como tipo de interés simple y entonces el importe final no coincidiría con el resultado del simulador, que sí tiene en cuenta el tipo de interés compuesto.